Este mundo es muy curioso. La burbuja inmobiliaria ha explotado, miles y miles de puestos de trabajo se han perdido y centenares de empresas han caído por el camino. Conclusión de la mayoría de la población, ya les esta bien, se lo merecen, han vivido muy buen durante el boom, nadie dijo/dicho, no se están construyendo viviendas, se está atentando contra el derecho a una vivienda digna, ¡lógico, no faltaría más!
Pero ahora vamos a otro sector, el del periodismo. Con la nueva situación del país, que en resumidas cuentas hay menos dinero, y paradojas de la vida, una de las razones de esta crisis (no digo que sea la única) es porque ha petado la burbuja inmobiliaria, se han tenido de recortar muchas plantillas de redacción, incluso medios privados han tenido de cerrar porque no son rentables, y es cuando la gente se vuelve loca, mejor dicho muchos periodistas se vuelven locos (en especial por twitter que parece que es donde se creen semidioses), donde afirman, que si se está atentando contra el derecho a la libre expresión, que si no se qué.
Quizás nos tendríamos de plantear en esta sociedad, que de la misma manera que no necesita tantos constructores, quizás tampoco necesite tantos periodistas, y dejar de ver fantasmas donde no los hay, y eso que no me he metido con la labor supuestamente imparcial de muchos periodistas, eso me llevaría otro post, ¡como mínimo!