El pasado fin de semana pude asistir al evento Macweekend que se realizó en Barcelona. Me acerque allí porque el programa del sábado me parecía bastante interesante. Por la mañana hablaron sobre Virtualización de sistemas operativos y Redes sociales, mientras que en la tarde se trato el tema de formatos de vídeo.
No voy a explicar lo que sucedió allí, simplemente me centraré en una tema muy concreto que fue uno de los ejes centrales de la mesa redonda sobre redes sociales. Esa mesa estaba compuesta por 4 personas. Sin ser el propósito de la mesa se generaron dos lados de confrontación, un lado más positivo y una parte más crítica. El tema que quiero destacar es una reflexión de un ponente, «la excesiva sobre-actividad puede hace cansar el usuario», como le sucede a él actualmente con la red, y que le hace tener una visión crítica de la situación actual de la web 2.0. Puso el ejemplo de Foursquare y el timeline de Twitter. La gente al darse de alta en este servicio esta enviando en todo momento donde se encuentra, y él mencionaba, es necesario que sepa yo donde esta el usuario sino se lo he pedido que me lo diga. En eso estoy totalmente de acuerdo con él, el fenómeno Foursquare no lo acabo de entender demasiado. Puedo entenderlo en una red social donde tengo a mis amigos reales, a ellos les puede interesar saber donde estoy, pero, ¿en un sistema de microblogging como Twitter tiene sentido?. Yo personalmente podría decir que el 80-90% de los que sigo o me siguen en esta web no los conozco y seguramente nunca lo hago, por tanto que sentido tiene decirles donde estoy a esas personas. Y si además le añadimos que mi perfil en Twitter esta abierto, no lo concibo de otra forma, cualquier persona puede saber donde estoy, y eso a mi personalmente no me gusta, como tampoco me gusta saber que un contacto esta tomando una hamburguesa en el McDonalds de Madrid. Angel había encontrado una solución para que no le saturaran el timeline de Twitter, añadir a los usuarios en una lista aparte, y borrarlos de la página principal, pero aquí viene la otra parte, la gente no lleva nada bien que lo dejen de seguir.
Yo cuando empecé a chatear y a utilizar el Messenger, ya hace más de 10 años, al principio tampoco entendía porque la gente me bloqueaba del programa, me molestaba, incluso enviaba a veces mensajes recriminando tal acción, ingenuidad por parte mía supongo. Con el tiempo he aprendido que es imposible caer bien a todo el mundo, y se ha de aceptar que no todos los usuarios quieren seguir tus pasos. Cosa tan habitual en el mundo real, que la gente se acerca y se aleja, en Internet parece ser que la gente no lo ha aprendido todavía, y no se acepta que la gente pueda añadir o quitar a los usuarios de una red o otra.
Yo creo en Internet como una red dinámica, es decir que a parte de que las personas van cambiando, la red va evolucionando, por tanto creo que un contacto que realizas en un momento por interés de una situación, puede pasar el tiempo y dejar de tenerlo. Poniéndolo claro, puede ser que una persona la tenga añadida a Facebook, pero llegar un día en que no me interesa seguir manteniendo esa conexión y borrar la amistad. Puede que alguien piense que eso es antisocial, yo no lo creo, simplemente es higiene mental. He de reconocer que soy un poco especial en mis ideas, pero al fin y al cabo son las mías. Yo he borrado amistades, y me han borrado a mí, y no por eso he montado un espectáculo, lo veo como las reglas de juego, como dije antes, acepto que no a todo el mundo le pueda parece interesante mi persona o lo que comparto en la red. Esta reflexión que parece que la tenga clara, me ha costado lo suyo llegar a ella, al igual que aceptar que me borraran del messenger cuando este programa estaba en pleno apogeo dentro de mi vida.
Al entrar en la web 2.0, y por ejemplo empezar a seguir a alguien en Twitter, buscaba a ese usuario en todas las plataformas existentes para añadirlo seguidamente, creía que era lo lógico, y lo que se esperaba. Con el tiempo creo que no tiene sentido hacer eso. Me puede parecer una persona muy interesante en sus entradas en Twitter, pero no gustarme las fotografías que hace, y no por eso deba seguirlo forzosamente en Flickr, por mucho que me vaya a tomar cervezas con esa persona cada mes, porque así lo único que hago, como decía Ángel, es saturarme sin sentido por un exceso de información. Además, que sentido tendría que hubiera múltiples redes sociales y webs 2.0, si al final tienes en todas ellas las mismas personas, para eso eliminamos todas, y nos quedamos con sólo una, y creo que eso sería una pérdida de diversidad importante en la red. Este aspecto de la diversidad era defendido por la parte positiva de la mesa, mientras que la parte crítica era más reticente a que hubiera tantos «cacharros 2.0» disponibles en Internet. La palabra «cacharro» no es mía, la moderadora de la mesa la mencionó, y me parece muy adecuada, aunque hay gente que quizás la considere despectiva.
¿Donde está el límite entre la información y la sobreinformación?. Sinceramente no lo sé, porque eso no deja de ser un aspecto muy personal y por tanto totalmente subjetivo. Yo puedo decir lo que me sobresatura a mi, que no tiene que ser necesariamente lo mismo que los demás. Yo reconozco que mi límite es muy bajo, sigo muy pocas personas en todas las plataformas 2.0, y si encuentro alguien que no hace las cosas como las hago yo, me pongo nervioso. Sí, es curioso, con lo desordenado que soy en la vida real, y entro en un ordenador y si no veo las cosas como a mi me gustan, me altero. Un ejemplo de lo que digo es lo siguiente, acepto e incluso creo que es necesario que un usuario actualice su Twitter hasta 10 veces por día, una red de microblogging es para eso, para su actualización continua, pero en cambio no comparto que se actualice el estado de una persona hasta 10 veces en un mismo día en una red social como puede ser Facebook. Cada web ha sido creada para cada cosa, y soy de los que me interesa mucho Twitter dentro de Twitter, pero no me interesa nada fuera de él. Y así podría poner muchos ejemplos, me interesa Facebook dentro de Facebook, y así sucesivamente. Otra cosa es el lifestreaming, en el cuál creo mucho, bien sea por Friendfeed o por Facebook, pero si os fijáis en ningún caso tengo indexada la cuenta de Twitter en estos sistemas, ya que como dije antes, no me interesa nada Twitter fuera de Twitter. Ejemplos de cosas que me descolocan, ya lo sé, raro que es uno, usuarios que tienen en Buzz la cuenta de Twitter indexada, internautas que utilizan Tumblr como blog con entradas eternas, etcétera y etcétera. Como yo no soy nadie para decir a la gente como debe actuar en la red, opto por la solución rápida, dejar de seguir a ese usuario sin aviso y problema solucionado, aunque como ya dije antes, no todo el mundo lleva bien el que dejen de seguirlo. Esto no deja de ser como la vida misma, la gente va entrando y saliendo de la vida de las personas, y muchas veces sin explicaciones de por medio. Internet tiene que ser dinámica, no estática.
Creo que ha llegado el momento de empezar el proceso inverso al que mencionaba antes de añadir a los mismos contactos en todas las plataformas de la red. Creo que he de dejar de seguir a gente en algunas plataforma,s e intentar experimentar en algunas webs que tengo abandonadas, para conocer nueva gente que me aporten nuevas fuentes de información. Vuelvo a utilizar la palabra higiene mental, pero es que para mí es muy importante el ordenar la cabeza antes de volver a embarcarme en nuevas cosas. Un claro ejemplo es Delicious, nunca he entrado demasiado en esta web, y creo que las posibilidades son inmensas, o Linkedin, donde tengo algún contacto añadido que sinceramente no creo que me aporte nada en mi vida laboral, pero rascando un poco en ella, pueda descubrir aspectos profesionales que me puedan interesar mucho de cara mi futuro. La continua experimentación de la red, es sin lugar a duda lo que me tiene atrapado desde que entre por primera vez en el ciberespacio, ya hace más de quince años.
Seguramente esta entrada pueda ser muy criticada por la gente; antisocial, persona 1.0, que narices te crees para ser selectivo, todo esto y mucho más puede pensar la gente sobre mí, pero si he aprendido algo durante estos años que llevo navegando en Internet, es que uno tiene que defender sus ideas sin pensar lo que dirán las demás. Y si no me gusta lo que dicen de mi en los comentarios siempre tengo la opción de borrarlos, aunque eso si que quizás sería anti 2.0. Por suerte las visitas que recibe este blog son muy escasas y muy poca gente leerá este post, precisamente con esta afirmación dejo claro que Francesc, es una persona muy poco interesante.