Una de las cosas que me más me gustan, y que no suelo realizar demasiado, es la de ejercer de anfitrión. Sí, me gusta invitar a la gente a mi casa y realizar comidas o cenas. Durante las pasadas semanas (vacaciones incluidas) he podido realizar dos cenas con amigos. Mi piso es pequeño por lo que las cenas las tengo de ir dosificando, sobretodo en cantidad de invitados, porque sino seguro que haría cenas de decenas de amigos, aunque luego la casa quedé echa un desastre total, un daño colateral que soy capaz de asumir.
Lo de anfitrión no suele quedarse en casa, sino que a veces he tenido amigos de fuera de la ciudad a pasar alguna noche en mi casa, aquí que el piso sea pequeño toma principal relevancia, ya que dormir en un sofá no es lo mejor para el cuerpo humano. Me gusta que amigos de fuera vengan a visitarme, y hacer de guía de Tarragona, y aunque no lo he ejercitado mucho todo sea dicho, ya que evidentemente no voy poniendo un anuncio en el diario para que venga todo el mundo, me alegra que amigos que no puedo ver muy a menudo, vengan a visitarme.
Ya estoy pensando en la próxima cena que haré, y que plato sufrirán mis víctimas culinarias.