El pasado fin de semana estuve en el Rosellón, parte oriental de los Pirineos franceses, para poder hacer las fotografías del proyecto fotográfico en el que paso los ratos este 2011, cuando me vino a la cabeza un par de cosas, no, no tiene nada que ver ni con la fotografía, ni con lo que hice esos días.
Mientras cruzaba los Pirineos, ya que me desplazaba de la Cerdaña al Rosellón en coche, hubo una cosa que me captó la atención. Las carreteras pirenaicas francesas, muy buenas por cierto, eran atravesadas de vez en cuando por pasos a nivel, si por medio de los Pirineos pasaban las vías del tren, cosa que pude confirmar con la visión de un tren amarillo que atravesaba las montañas. Es decir que a parte de tener unas buenas carreteras, autovías en algunos tramos de la zona pirenaica, los pueblos de aquella zona tienen la conexión ferroviaria. En el Pirineo español, el tren de nuestro estado no llega ni por asomo, o al menos no llega a la mayoría de las zonas, alguna valle o ciudad como puede ser Puigcerdá y para de contar.
Y esto me lleva a hablar sobre la red española ferroviaria, o en su extensión del servicio público para poder desplazarnos. Quizás si vives en Madrid o Barcelona, puedas permitirte el no tener un coche, pero si sales de esos centros urbanos, es imposible. Yo soy de Tarragona y por desgracia, ya que a mi me gustaría no coger el vehículo para todo, debo de ser un usuario continuo de dicho invento.
Hace poco quise ir a Lleida, mire los horarios del tren, y es imposible si quieres ir desde Tarragona a Lleida en el mismo día, si señores, dos capitales de provincia catalanas separadas por 100km, que no puedes hacer en tren. Bueno no es del todo cierto, hay un regional que sale a las 13:30h que tarda 2 horas, que une la estación de Tarragona con la de Lleida, pero la vuelta es a las 17:00, es decir que tal como llegas casi vuelves. Ahora diréis hay más trenes, el AVE une ambas localidades, pero eso no es una opción. ¿por qué no es una opción? Pues muy sencillo, mientras la estación de Lleida del AVE esta en el centro de la ciudad, la estación del Camp de Tarragona, que es de donde salen los trenes de alta velocidad, no esta ubicada en la estación del centro urbano de la ciudad, sino en Perafort, a 20km del centro de Tarragona, por lo que para ir allí o coges el coche, o vas con bus con una pésima combinación, ya que el Taxi en Tarragona ni se os ocurra cogerlo, es el más caro de España. Por lo que al final cogí el coche y en una hora me plante en Lleida, y disfrute de un día completo en dicha ciudad, y me volví para casa.
Sinceramente no entiendo muchas cosas de la Estación del AVE del Camp de Tarragona, primero, ¿por qué Tarragona es la única capital de provincia con la estación del AVE a tomar viento?, dijeron que el AVE en principio no tenía que pasar por Tarragona, que iba directo a Barcelona, y al final se llegó a un acuerdo para que parará en nuestras tierras, eso si en una zona donde la curva no fuera muy grande, así que Perafort fue la afortunada de dicha concesión. Miren señores, estoy cansado que por ser Tarragona me tengan de estar haciendo favores los vecinos del norte como si me perdonaran la vida constantemente. Segundo, ¿es necesaria una estación tan grande?, he ido una vez a tomar un tren allí, y a excepción de los 20 pasajeros de dicho tren, no había nadie más, mientras la estación tiene metros y metros cuadrados de superficie, ¿para qué tan grande?, y por último, ¿por qué no facilitan las cosas para ir?.
Dicen que tendremos una nueva estación de tren en Tarragona, esperemos que al final sea en el ciudad, ya que no hay cosa más inútil que tener dos estaciones y ninguna de ellas en el centro urbano, eso si, al menos tendremos de esperar 10 años, para que dicha estación este operativa, y este comunicada por vía ferroviaria con la estación del AVE, paciencia habrá que tener.
Eso si, los políticos no paran de decir, que hay que coger menos el coche y más el transporte público. A estos que lo dicen los metía en un vagón de la RENFE en Tarragona a ver si dicen lo mismo al cabo de probar el servicio. Porque desde sus pupitres en el congreso español en Madrid, o en el Parlament de Catalunya en Barcelona se pueden decir muchas cosas, pero que sinceramente están muy alejadas de la realidad, si te desplazas unos cuantos kilómetros de dichos lugares.